¡A dibujar!

El dibujo en los más pequeños, es una de las habilidades que tienen para comunicarse, un medio a través del cual pueden reflejar cómo piensan, interpretan y representan algo. Constituye una herramienta para identificar su conocimiento, sus deseos o miedos, si están padeciendo algún tipo de abuso, etc.

En el post de hoy, os invitamos a dibujar con ellos, ya que, hablamos de cómo sus creaciones artísticas nos hablan sobre su desarrollo.

Jean Piaget, uno de los psicólogos más importantes de la historia en cuanto al desarrollo infantil, define que es entre los 2 y los 7 años, en la etapa denominada preoperacional, donde se comienza a dibujar. Señala que el dibujo tiene que ver con el juego simbólico y la imagen mental, tratando de presentar lo real. Gracias a su uso refleja cómo piensa, interpreta y representa algo. Además, en el dibujo se encuentra su propia percepción, al dibujar expresa las experiencias que ha vivido o le han transmitido. Con el dibujo conocemos al niño porque muestra aspectos de su personalidad, y esto permite identificar su estado afectivo y emociones en situaciones determinadas. Todo ello nos habla de su desarrollo.

¿Cómo surge?

Estudios psicológicos explican que existen dos periodos del desarrollo del dibujo infantil: el garabateo, que aparece de los 2 a los 4 años, y la etapa pre esquemática, entre los 4 y los 7 años. Es en esta última, donde crea conscientemente ciertas formas que tienen alguna relación con el mundo que le rodea, por tanto, dibuja la forma como empieza a organizar su relación con el ambiente.

Con el dibujo expresan los sentimientos y el carácter de varias maneras. Por un lado, eligen las formas y colores para dibujar lo que quieren representar, pero, además, manifiestan emociones con valor expresivo; por el otro lado, muestran sus gustos y preocupaciones concediéndole un valor narrativo y la visión única que tienen del mundo que aporta gran valor proyectivo.

Etapa preescolar

Entre los 3 y 5 años de edad, nuestros hijos son agentes activos con percepciones de sus vidas, intereses y prioridades que deben ser escuchadas. Se encuentran en pleno desarrollo cognitivo y artístico. Es importante, pararse a reflexionar sobre las propias perspectivas que tienen de su medio ambiente y que expresan a través del dibujo con formas básicas y humanas de un esquema temprano.

Comienzan a inventar historias, surgen personas, casas, flores o autos, las intentan describir. Incluso emerge el pensamiento simbólico a través de conectar su realidad con imágenes que dibujan del mundo que les rodea, por lo que pueden concebir espacios y las relaciones con su propio ser.

¡Colores, colores no puedo parar de crear!

Psicólogos expertos explican que, en esta etapa, los niños demuestran mayor énfasis en las cosas de acuerdo a su color. Al inicio, no usan los colores conscientemente, más bien se trata de un uso emocional de acuerdo con los deseos y no tiene por qué guardar relación con la realidad. Gracias a la repetición van llegando al esquema del color. A medida que crecen y gracias a la observación de los cambios de color en la naturaleza, van adquiriendo y entendiendo la relación definida entre el color y el objeto.

Además, hay un conjunto de temas y motivos que aparecen con mayor regularidad en los dibujos infantiles. Entre ellos destaca la figura humana, que es también uno de los primeros motivos que es posible distinguir o reconocer al final de la etapa del garabateo, y que permanecerá como preferido a cualquier edad. Es curioso porque ha merecido una mayor atención de los estudios a lo largo de la historia para, más adelante, ir añadiendo animales, casas y plantas.

Sea como fuere, cuando a los más pequeños se les pide que dibujen sobre un tema en específico, aquello que dibujan es una representación sobre cómo piensan, cómo comprenden ese tema, además de las emociones, sentimientos que les inspiran y sobre lo que conocen. Incluso no tienen la presión de una respuesta rápida ante una pregunta y pueden explayarse en su dibujo y contar con el tiempo necesario para realizarlo.

Es muy enriquecedor que, a través de sus dibujos y representaciones, los niños nos abran una ventana a su mundo interior. Por tanto, se trata de una herramienta muy útil cuando, por la razón que sea, alguno de nuestros hijos o parte del alumnado no expresa fácilmente los eventos, o no tiene habilidad para comunicar emociones u ordenar sentimientos porque pueden ser confusos o difíciles de decir con palabras. Es mejor expresar su pensamiento a través del dibujo.

Es esencial, como hemos explicado, que padres y docentes potencien el gusto por el dibujo y animen a que sigan practicándolo a lo largo de los años como forma de expresión. ¡A dibujar!

 

“Un niño nunca dibuja lo que ve,

dibuja su interpretación de ello.

Dibuja lo que sabe de él”

Jean Piaget

Autora: Belén Aglio, Psicóloga.

 

Bibliografia

  • Sevilla Godínez, R. E., López de León, M. I., & Ascencio Varela, I. (2017). El dibujo, una aproximación al pensamiento del niño sobre las lesiones no intencionales.
  • Viadel, R. M. (1988). El dibujo infantil: tendencias y problemas en la investigación sobre la expresión plástica de los escolares. Arte, individuo y sociedad, (1), 5.