Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, un 10% del alumnado en los centros educativos de España podría tener altas capacidades. De este 10%, sólo se han identificado a un 0,47%, por lo que un alto porcentaje de infantes no está recibiendo el apoyo educativo necesario y específico para desarrollar sus habilidades. En el artículo de hoy vamos a conocer un poco más algunas de las características que presentan los infantes con altas capacidades.
LA INTELIGENCIA
Antes de adentrarnos en las altas capacidades, vamos a ir al origen de todo: la inteligencia.
El concepto
No existe una definición definitiva del concepto “inteligencia”, ni de qué parámetros seguir para diferenciar a las personas que se encuentran tanto en el límite superior como en el límite inferior de ésta.
Cómo sabemos, hasta hace relativamente poco, la inteligencia era considerada como algo innato y estático, cuestión de genética. Pero ahora, sabemos que existen diferentes inteligencias, y más allá de la genética también se necesitan factores ambientales que la modifiquen. Las autoras Gómez Masdevall y Mir (2011), definen la inteligencia como “la capacidad de coordinar, gestionar, organizar el conocimiento y al mismo tiempo saber escoger la mejor opción para resolver un determinado problema”. Además. hacen hincapié en qué se necesita un ambiente favorecedor para que ésta pueda desarrollarse.
Inteligencias múltiples
Cómo hemos hablado en publicaciones antiguas, desde hace décadas se habla de las inteligencias múltiples, concretamente de la teoría del Dr. Gardner.
Gardner, psicólogo e investigador, publicó en 1983 su investigación sobre la inteligencia, que la define como un conjunto de capacidades autónomas interrelacionadas y que, por lo tanto, se puede desarrollar. Además de considerar que no hay dos personas que tengan el mismo perfil intelectual, Gardner categoriza en 8 las principales inteligencias (Gómez Masdevall y Mir, 2011):
- Inteligencia lingüística: la capacidad de usar y pensar en palabras, y comunicarse a través del lenguaje.
- Inteligencia lógico-matemática: la capacidad que se utiliza para calcular, medir y resolver problemas de lógica y matemáticas.
- Inteligencia espacial: la capacidad de pensar en tres dimensiones. Nos permite observar el mundo desde diferentes perspectivas.
- Inteligencia cinestésica-corporal: la capacidad que permite controlar los movimientos corporales y la manipulación de objetos con habilidad.
- Inteligencia musical: la capacidad de producir y apreciar ritmos, tonos, timbres…
- Inteligencia naturalista: la capacidad que nos permite la sensibilidad ante los fenómenos naturales.
- Inteligencia interpersonal: la capacidad de percibir y comprender a las demás personas; siendo importante la capacidad para desarrollar relaciones y la empatía.
- Inteligencia intrapersonal: la capacidad que nos faculta para entendernos a nosotras mismas y a las demás personas. Siendo importante la capacidad de percibir nuestras propias emociones, la capacidad de percibir y controlar nuestras propias emociones y la capacidad de motivarnos.
Asimismo, en 2001, Gardner incorporó la inteligencia espiritual, que es la que nos capacita para formularnos preguntas sobre la existencia humana, el alma, algunos valores (paz, esperanza…), el papel de Dios y el universo, entre otras cuestiones.
¿QUÉ SON LAS ALTAS CAPACIDADES?
Definición
Nos acogemos a la investigación de Artiles (2005) para describir al alumnado que presenta altas capacidades. Éste no es un grupo uniforme ni existe un perfil único, por lo que no es correcto generalizar. Sin embargo, se observan algunas características comunes: manifestación de una inteligencia insólita caracterizada por la facilidad y la rapidez en aprender, combinar y utilizar conocimientos.
El profesor J.A. Marina (2012) señala que son infantes que con poco más de un año de edad ya hablan correctamente o cuentan hasta diez; con tres años son capaces de hacer puzzles de 20 piezas y con cuatro años pueden leer y tienen un “inagotable deseo de saber”.
Por su parte, el psicólogo Stemberg (2011), propone una teoría pentagonal para definir las altas capacidades:
- Criterio de excelencia: indica la superioridad en una dimensión (o un conjunto de ellas) de un infante ante el resto de sus iguales. Hay que señalar que la excelencia puede darse en una actividad sólo y que puede variar dependiendo el contexto y el tiempo.
- Criterio de valor: el infante debe demostrar un rendimiento superior en la dimensión que sea valorada por la sociedad a la que pertenece.
- Criterio de demostrabilidad: el niño o la niña también tiene que demostrar su superioridad mediante algún test o evaluación fiable.
- Criterio de productividad: la capacidad en la que destaca el infante debe fomentar la productividad.
- Criterio de rareza: el atributo que posee el infante no debe ser frecuente en su sociedad.
Cabe decir que no todos los autores y autoras están de acuerdo con el concepto de “altas capacidades”, cómo por ejemplo Borland (2003), quien considera que es un constructo social ya que no puede aplicarse a todas las culturas.
ALTAS CAPACIDADES Y ALGUNAS TEORÍAS
Se puede considerar que la investigación sobre las altas capacidades en la literatura científica es bastante reciente. Aún así, actualmente son muchas las investigaciones que nos aportan datos sobre las altas capacidades, así que veamos un par de ellas que nos intentan explicar este fenómeno.
Renzulli
El psicólogo y su equipo consideran que hay dos tipos de personas con altas capacidades: las académicas y las creativas-productivas.
Las académicas demuestran un talento relacionado con el entorno escolar. Suelen detectarse con mayor facilidad (con procedimientos estandarizados como el WISC), y su identificación hace necesaria una adaptación curricular. Hay que tener en cuenta que el éxito en el entorno escolar no tiene por qué estar relacionado con otros ámbitos de la vida.
Por otro lado, las personas superdotadas categorizadas como creativas-productivas suelen identificarse en la adultez y se trata de personas muy motivadas para su rendimiento personal.
Bárbara Clark
El modelo de Bárbara Clark considera que el alumnado que posee altas capacidades tiene un desarrollo avanzado de las funciones del cerebro (sentidos físicos, cognición, emociones, intuición, percepción…). Además, son infantes que presentan más creatividad, aptitudes académicas superiores y capacidad de liderazgo.
Bárbara Clark representa su teoría en una pirámide, en cuya base se encuentra el componente físico (sentidos y movimientos), en la cara lateral izquierda el cognitivo, en la cara derecha el afectivo y en la cara oculta el espiritual. Además, el interior de la pirámide estaría reservado para la intuición. Así, para que un infante desarrolle las altas capacidades requiere la existencia de una interacción entre estos cinco componentes.
INFANTES CON ALTAS CAPACIDADES Y SU ENTORNO
El entorno de los infantes con altas capacidades juegan un papel muy importante, tanto en el momento de identificar y diagnosticar, cómo en el proceso de acompañar al o la menor y poder adaptar su entorno a su desarrollo cerebral.
Identificación
Es complejo identificar y diagnosticar a los infantes con altas capacidades, ya que muchas veces se camuflan los indicadores con los de otros diagnósticos cómo el déficit de atención. Además, los mitos que rodean a este fenómeno hacen un flaco favor para identificar y poder trabajar con adaptaciones curriculares que estimulen el intelecto de estos infantes.
Según el Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas no Propietarios (2013), se deben realizar tres operaciones para detectar altas capacidades:
- Observar sistemáticamente: ésta suele darse por el profesorado y por la familia. Por ello, se necesita especialmente un profesorado con conocimientos actualizados respecto a las altas capacidades.
- Realizar un análisis de las producciones: es necesario analizar los trabajos elaborados por los infantes para poder recoger información de diferentes ámbitos cómo la escuela, la familia, su entorno social, y el infante como persona… para poder trabajar en red a la hora de satisfacer las necesidades del o la menor con altas capacidades.
- Aplicar pruebas psicométricas: dichas pruebas serán específicas para recoger información sobre la vertiente intelectual, aptitudinal y personal del alumnado, y deberán aplicarlas exclusivamente profesionales especializados.
La escuela
Es muy necesaria una identificación temprana para que un infante que aprende más rápido que sus iguales pueda tener la atención que necesita y evitar que se aburra en el aula, se desconecte del sistema educativo (Marina, 2012), y pierda así su potencial intelectual.
Algunos indicios que nos facilitan la detección se manifiestan en la primera infancia, veamos unos cuántos (Gómez Masdevall y Mir, 2011):
- Comunicación: son infantes capaces de mantener una conversación fluida, que explican sus sentimientos de manera clara, describen su alrededor de forma precisa y pueden explicar cuentos ordenadamente.
- Aprendizaje: aprenden a leer rápidamente (3 años, aproximadamente), tienen buena memoria y atención, asimilan el cálculo mental con rapidez, necesitan aprender cosas nuevas…
- Socialización y personalidad: a los infantes les gusta la tranquilidad, se muestran inconformistas, cooperan con docentes y ayudan a sus iguales, están atentos a su alrededor, pueden ser líderes, pueden manifestar conductas antisociales, y en el recreo pueden buscar la compañía de una persona adulta o de infantes mayores.
- Creatividad: son originales, se divierten investigando y experimentando, sus cuentos inventados son ricos en detalles, buscan alternativas ante dificultades, tienen facilidad para juegos de construcción, etc.
La familia
Las familias, además de ser parte activa en la educación de sus infantes, pueden observar comportamientos y aptitudes diferentes a los de la escuela. Cabe decir que es muy común que las familias infravaloremos o sobrevaloremos a nuestros peques a causa del desconocimiento, y normalmente es algo que hacemos sin querer.
En estos casos, es muy útil la recogida de información mediante la observación que hacemos a diario con nuestros infantes, para poder concertar entrevistas con profesionales del centro educativo (profesorado, psicopedagoga…) y corroborar nuestras sospechas.
El profesor J.A. Marina (2012), recoge una serie de recomendaciones inspiradas en las leyes americanas, a tener en cuenta en el ámbito familiar. Veámoslas:
- Compartir conocimientos y habilidades: conocer sus intereses es clave para ofrecerles los apoyos correspondientes.
- Utilizar una comunicación eficaz, positiva con el entorno del infante, que nos permita trabajar en red.
- Comprender roles y responsabilidades individuales: un infante con altas capacidades, sigue siendo un infante. Hay que tener en cuenta esa facultad, pero no nos podemos olvidar de quién es.
- Satisfacer las necesidades de los infantes: como familias es muy importante condicionar su entorno, en la medida de lo posible, para mejorar su capacidad de aprendizaje.
Y para acabar… ¡Una pequeña reflexión!
Según Marta Eugenia Rodríguez de la Torre, directora de Sapientec, el fracaso escolar de los infantes con altas capacidades es superior al 68,3%. Además, la identificación es muy baja lo que significa que hay miles de infantes que no están recibiendo atención adecuada a sus necesidades. ¿Creéis que lograremos una mayor inclusión de estos infantes y podremos realizar adaptaciones curriculares con más facilidades? Desde las asociaciones específicas están haciendo un arduo trabajo para ello, ahora solo falta que la sociedad también les acompañemos.
Autora: Laia Ruiz. Educadora Social.
FUENTES
Artiles, C. et al. (2005). Introducción a la atención educativa del alumnado con altas capacidades intelectuales.
Borland, J.H (2003). The Death of giftedness. En: Borland, J.H (ed). Rethinking gifted education. Nueva York: Teachers College Press.
ElDiario.es. (2008). El 68% de los niños superdotados fracasa o deja los estudios. ElDiario.es. https://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/ninos-superdotados-fracasa-deja-estudios_1_5350108.html
Gómez Masdevall, M. a. T., & Mir, V. (2011). Altas capacidades en niños y niñas. Narcea, S.A.
Marina, J. A. (2012). Niños con altas capacidades. Pediatría Integral, CVI(3), 253–256.
Ramos Sánchez, J.L et al. (2013). Guía de atención a la diversidad. Madrid: CEDEC Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas no Propietarios.
Stenberg, R.J. et al. (2011). Explorations in Giftdness. Nueva York: Cambridge University Press.