Dentro de pocos días en la mayoría de hogares españoles se celebrará Navidad. Este año, casi sin restricciones, muchas familias podrán volverse a reunir para celebrar estas fechas tan señaladas. Reencuentros, abrazos, sonrisas, comidas, cenas… y regalos. ¡Muchos regalos! En el artículo de hoy descubriremos qué es el “síndrome de la infancia hiperregalada”, qué consecuencias puede tener y alguna alternativa a este fenómeno.
¡ME LO PIDO!
Nos referimos al “Síndrome de la infancia hiperregalada” cuando los infantes reciben una cantidad muy elevada de regalos en fechas puntuales. Es decir, en pocos días obtienen tantos regalos que se produce una sobreestimulación muy difícil de gestionar. La terapeuta Marisa Navarro dice que el infante tiene tantos focos dónde poner la atención, que es incapaz de que se pueda concentrar en alguno; provocando dispersión y pérdida de ilusión, además de apatía y frustración.
La Asociación Española de Fabricantes de Juguetes señala que cada infante, en España, recibe una media de 10 juguetes. Pero a pesar de que las familias intentan controlar la entrada de juguetes, la mayoría piensa que hay demasiados objetos en sus hogares.
Estos juguetes no sólo entran en Navidades, sino que también son frecuentes en cumpleaños u otras celebraciones importantes, además del día a día a modo de recompensa por alguna cosa que hayan hecho.
Según el profesor Francesc Núñez, de la Universitat Oberta de Catalunya, como personas adultas tenemos interiorizadas unas dinámicas de consumo que trasladamos a nuestros infantes colmándolos de regalos. Además, las entradas de regalos corresponden a dos asociaciones que hacemos como mayores:
- Cuántos más juguetes, mejor.
- Regalo es sinónimo de juguete.
Cuántos más juguetes, mejor.
El síndrome de la infancia hiperregalada está estrechamente ligado a esta asociación. Como personas adultas, creemos que nuestros infantes necesitan una adquisición de juguetes mayor a la que pueden asumir para que sean felices e interactúen con ellos. Nos enorgullece poder regalar y nos enorgullece ver cómo abren, con ilusión, todos los regalos. ¿Pero qué pasa cuándo han abierto todos los presentes? Quieren más. Hay una sobrestimulación cerebral que emocionalmente no les permite enfocarse en lo que tienen delante y anhelan lo que no han obtenido, provocando frustración y saturación.
La Universidad estadounidense de Toledo, en el 2017 publicó un estudio en el que habían observado el juego de un grupo de 36 infantes, de entre 18 y 30 meses. Las criaturas fueron dos veces a la sala de juegos, mientras que en una visita tuvieron acceso a 4 juguetes, en la otra fueron 16 juguetes con los que pudieron interactuar. El estudio afirma que cuando había menos juguetes, los infantes jugaron más tiempo y de formas más cuidadosas y creativas, explorando diversas maneras de jugar con cada objeto y desarrollando sus habilidades motoras y cognitivas.
Regalo es sinónimo de juguete.
Nuestro día a día como mayores se desarrolla a un ritmo frenético que es muy distinto al ritmo que llevan nuestros infantes, y el tiempo que podemos dedicarles es inferior al que nos gustaría. Marisa Navarro señala que el hecho de regalar juguetes se asocia con compensar nuestra ausencia como personas adultas en el cuotidiano de nuestros pequeños y pequeñas, y que llenar el árbol de regalos es la manera que tenemos de demostrarles nuestro amor.
La psicóloga Lidia Garcia Asensi afirma que la mayoría de infantes aprecian más las muestras de afecto y compartir con sus seres queridos antes que la cantidad de juguetes. Y aunque no es necesario renunciar a los juguetes cómo regalos, como personas adultas podemos pensar en las necesidades de nuestros infantes y obsequiarlos con aquello que favorezca las relaciones sociales, la creatividad, los valores positivos y que fomenten el hecho de compartir tiempo en familia.
CONSECUENCIAS DEL SÍNDROME DE LA INFANCIA HIPERREGALADA
El profesor Francesc Núñez clasifica en tres las consecuencias del síndrome de la infancia hiperregalada:
- Infantes sobreestimulados. Nuestros pequeños y pequeñas reciben una gran cantidad de estímulos en tan breve período que no les permite prestar atención ni el tiempo necesario para explorar un solo objeto y poder jugar con él de diversas maneras, desarrollando su creatividad y su imaginación.
- Pérdida de ilusión. La saturación que tienen nuestros infantes en ese momento es tan alta que la ilusión se pierde. Esto provoca que sólo quieran juguetes por la satisfacción de tenerlos, pero no valoren lo que reciben ni el esfuerzo que hay detrás de su adquisición.
- Bajo nivel de tolerancia a la frustración. Los hábitos de consumo que adquirimos en nuestra infancia, marcarán las pautas de nuestro consumo como personas adultas. El hecho de recibir todo lo que se pide, hace que se acostumbren a poseer sin ningún tipo de esfuerzo; y en el momento en que esto no suceda, no serán capaces de gestionar la espera, la paciencia y la frustración. Además, el bajo nivel de tolerancia a la frustración es una característica que se puede extrapolar a otros ámbitos cuotidianos de nuestros infantes y llegue a prolongarse hasta la adultez.
ALTERNATIVAS
Para aminorar los efectos del síndrome de la infancia hiperregalada, existen diferentes alternativas. Algunas de ellas son:
- La regla de los 4 regalos. Para cumplir esta opción solemos tener en cuenta 4 factores: un regalo que sirva para leer (libros o cuentos), un regalo que sirva para llevar (un abrigo, unos zapatos, algún complemento, algo de ropa…), un regalo de algo que realmente necesiten y un regalo que realmente deseen.
Hay diversas versiones de esta alternativa, y algunas de ellas añaden un quinto regalo que puede ser dinero (para que empiecen a aprender a gestionarlo) o algo para dar a otra persona (a alguien que lo necesite y así poder ir trabajando valores). - Dosificar los regalos. Limitar el número de regalos puede resultar complejo y dependerá mucho de la realidad de cada familia; aún así, si se recibe una cantidad elevada de regalos se pueden dosificar y no entregarlos el mismo día evitando de esta manera la sobreestimulación.
- Regalos que fomenten el hecho de compartir. La terapeuta Marisa Navarro aconseja regalar juegos de mesa o experiencias vivenciales que potencien las relaciones, evitando el individualismo y el juego en soledad de nuestros infantes.
¿Habíais oído hablar de este fenómeno? ¿Seguís alguna pauta a la hora de regalar para evitar el síndrome de la infancia hiperregalada?
Autora: Laia Ruiz. Educadora Social.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
- Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. (2019). Datos sociodemográficos. AEFJ – Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. https://www.aefj.es/paginas/datos-sociodemograficos
- Bigas, N. (2018). El «síndrome del niño hiperregalado»: sobreestimulado, egoísta y con bajo nivel de frustración. UOC (Universitat Oberta de Catalunya). https://www.uoc.edu/portal/es/news/actualitat/2018/304-nene-hiperegalado.html
- Dauch, C., Imwalle, M., Ocasio, B., y Metz, A. E. (2018). The influence of the number of toys in the environment on toddlers’ play. Infant Behavior and Development, 50. https://www.jcfs.org/sites/default/files/Influence-of-the-number-of-toys-in-the-environment-on-toddlers.pdf
- Navarro, M. (2019). Niños hiperregalados. https://marisanavarro.com/ninos-hiperregalados/
- Rosalí León-Ciliotta. (2019). El sector del juguete en España.