INFANCIA FELIZ Y AUTOESTIMA

Actualmente, es bastante frecuente oír hablar o leer sobre la importancia de la autoestima y el autoconcepto durante la etapa de la infancia. Sabemos que tener un autoconcepto y una autoestima positivos aportan gran relevancia para un buen desarrollo de la vida personal, profesional y social. Aunque ambos términos suelen utilizarse como sinónimos, puesto que están relacionados, no hay que confundirlos porque no son equivalentes. En el artículo de hoy realizamos una revisión de estos términos y proponemos juegos y dinámicas para llevar a cabo una parentalidad positiva con nuestros hijos e hijas. 

En el artículo de hoy hablamos sobre la importancia de esta teoría para integrar las inteligencias múltiples a través del juego, como base del proceso educativo, ya que, sobre todo, en la etapa de la educación infantil es donde se deben incluir cambios en la forma de enseñar, que consecuentemente producirán cambios en la forma de aprender.

EL AUTOCONCEPTO: ESPEJITO ESPEJITO…

El autoconcepto y la autoestima se configuran como elementos determinantes en la esfera personal y social de cada ser humano, donde los éxitos y los fracasos, la satisfacción de uno mismo, el bienestar psíquico y el conjunto de relaciones sociales llevan su impronta. El autoconcepto favorece claramente el sentido de la propia identidad, constituye un marco de referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias, influye en el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación y contribuye a la salud y al equilibrio psíquico. 

La palabra autoconcepto se relacionada con los aspectos cognitivos, con la percepción y la imagen que cada uno tiene de sí mismo. El autoconcepto participa en la conducta y en las vivencias del individuo. La persona va desarrollando su autoconcepto, va creando su propia autoimagen.

El autoconcepto no es algo innato, es una realidad psíquica muy compleja. Dentro de lo que es autoconcepto general se distinguen otros autoconceptos más concretos que se refieren a áreas específicas de la experiencia, como, por ejemplo: 

  • Autoconcepto físico: se trata de la percepción que uno tiene tanto de su apariencia y presencia físicas como de sus habilidades y competencia para cualquier tipo de actividad física.
  • Autoconcepto personal: incluye el autocontrol y autonomía personales, es la percepción de la propia identidad y el sentido de responsabilidad.
  • Autoconcepto emocional: se refiere a la aceptación de sí mismo y a la seguridad y confianza en sus posibilidades, conlleva sentimientos de bienestar y satisfacción y tiende al equilibrio emocional.
  • Autoconcepto social: se refiere a las consecuencias de las relaciones sociales del alumnado, de su habilidad para solucionar problemas sociales, de la adaptación al medio y de la aceptación de los demás.
  • Autoconcepto académico: es el resultado de todo el conjunto de experiencias, éxitos, fracasos y valoraciones académicas que el alumno tiene a lo largo de los años escolares.

AUTOESTIMA EL MOTOR DE NUESTRO COMPORTAMIENTO 

El término autoestima indica los aspectos evaluativos y afectivos. La autoestima es lo que una persona siente por sí misma y está relacionada con el conocimiento propio de lo que piensa de sí misma. La autoestima es un sentimiento que surge de la satisfacción que experimentamos en la infancia y si se han dado en nuestra vida ciertas condiciones, sin embargo, si existen ciertas carencias, no se desarrollan en totalidad los siguientes aspectos que constituyen la base que sustenta nuestra autoestima: 

  • Vinculación: Consecuencia de la satisfacción que obtiene al establecer vínculos que son importantes para él o ella y que los demás reconocen como importantes. Por ejemplo, formar parte del grupo de clase, pertenecer a una familia, etc. 
  • Singularidad: Resultado del conocimiento y respeto que el niño o niña siente por las cualidades o atributos que le hacen especial o diferente, apoyado por el respeto y la aprobación que recibe de los demás por esas cualidades. Por ejemplo, saber que es alguien especial para alguien o saber expresarse a su manera. 
  • Poder: Consecuencia de que se disponga de los medios, las oportunidades y la capacidad de modificar las circunstancias de su vida de manera significativa. Por ejemplo, creer que normalmente puede hacer lo que planea, sentir que tiene a su cargo algunas responsabilidades o misiones importantes en su vida. 
  • Pautas de guía que reflejen la habilidad del niño o la niña para referirse a los ejemplos humanos, filosóficos y prácticos adecuados que le sirvan para establecer su escala de valores, sus objetivos, ideales y exigencias personales. Por ejemplo, saber qué personas pueden servir de modelo a su comportamiento. 

Podemos detectar cómo es su autoestima por lo que hace y cómo lo hace. Algunos de los buenos motores que influyen en el comportamiento y suelen manifestarse de manera simultánea son actuar para obtener una mayor satisfacción y creerse mejor. De esta forma busca alabanzas eludiendo tareas en las que podría fallar, haciendo aquellas en las que está seguro. Además, actúa para confirmar la imagen que los demás tienen de sí mismo. 

Es importante destacar que para el ser humano es muy difícil cambiar algo de sí mismo que afecte a alguna de sus ideas básicas y permita un comportamiento diferente. Actuamos para ser coherente con la imagen que tenemos de nosotros mismos, por mucho que cambien las circunstancias. 

Una autoestima sana implica una valoración objetiva y realista de nosotros mismos, aceptándonos tal como somos y desarrollando sentimientos positivos hacia nosotros mismos. Es preciso no olvidar que la autoestima positiva no consiste en verse como una persona maravillosa o extraordinaria, con cualidades absolutamente excepcionales, a la que todo le va bien y a la que el éxito le acompaña permanentemente. Lo que es verdaderamente importante es tener una percepción y valoración objetivas y positivas de uno mismo y aceptarse como es y con todo lo que es, con sus aspectos positivos y negativos, con sus luces y sombras, con sus logros y sus limitaciones. Pero, ¡atención!, llegar a cambiar la autoestima negativa es una tarea difícil, que puede necesitar la intervención de algún especialista. 

JUEGOS EN FAMILIA 

A continuación, planteamos esta dinámica para practicar con tus hijos o hijas mayores de tres años; es un juego que se llama las Tarjetas Emocionales, se trata de una técnica educacional que reforzará el estado YO ADULTO. Vamos a enseñar en familia algo que les puede interesar sobre las emociones, cómo aprender a denominarlas y reconocerlas. 

Busca papeles de colores y recórtalos en cuadritos (“tarjetas emocionales”) y colócalas en diferentes platos. Utilízalas de este modo:

  • Doradas: Emociones buenas o positivas. 
  • Marrones: Emociones menos buenas. 
  • Rojas: Emociones que suscitan rabia y enfado. 
  • Azules: Emociones que provocan tristeza. 
  • Verdes: Emociones que suscitan celos. 
  • Blancas: Emociones que provocan autosuficiencia y soberbia. 

Si los niños o niñas son pequeños puede bastar con dos colores: dorado y marrón. Cada miembro de la familia participará y podrá coger cuadritos de los diversos platos; invítalos a jugar durante el día o en un momento determinado de la jornada, explicando el significado de cada uno de los colores. Según las sensaciones, cada miembro pedirá una tarjeta a aquel que se las suscite o provoque. Al final, evaluamos todos juntos cuántas tarjetas tenemos cada uno, qué representan y por qué. 

Gracias a este tipo de dinámicas y juegos sencillos estamos creando espacios donde poder hablar de nuestras emociones y contribuir al desarrollo de un autoconcepto positivo que , conduce a una autoestima positiva y viceversa. Sabemos que el autoconcepto y la autoestima son el resultado de un largo proceso, marcado por un gran número de experiencias personales y sociales. Los éxitos y los fracasos, las valoraciones y los comentarios de las personas que forman parte del entorno del niño y del adolescente, el ambiente humano en que crece, el estilo educativo familiar y educativo junto con los valores y modelos que la sociedad ofrecen van poco a poco construyendo el autoconcepto y la autoestima de forma casi imperceptible. 

BIBLIOGRAFÍA

  • Roa García, A. (2017). EL EDUCACIÓN EMOCIONAL, EL AUTOCONCEPTO, LA AUTOESTIMA Y SU IMPORTANCIA EN LA INFANCIA. Edetania. Estudios Y Propuestas Socioeducativos., (44), 241-257. 
  • Vargas Rubilar, J. A., & Oros, L. B. (2011). Parentalidad y autoestima de los hijos: una revisión sobre la importancia del fortalecimiento familiar para el desarrollo infantil positivo.