Adaptarse a los cambios constantes del mundo no es tarea fácil. No recibir la información suficiente ni entender qué pasa a nuestro alrededor, puede provocar apatía y saturación mental en nuestros infantes. Para evitar esta situación, hay que encontrar actividades que potencien su bienestar y su salud física, mental y emocional. En el post de hoy, vamos a conocer qué es la risoterapia y veremos qué podemos hacer en casa para mejorar el día a día de nuestros pequeños y pequeñas.
REÍRSE ES LO MÁS SERIO
Antes de empezar a hablar sobre la risoterapia, vamos a ver qué pasa con la risa. A menudo confundimos la risa con la sonrisa. La sonrisa es una expresión, de significado universal, que está asociada a sentimientos de alegría, felicidad y plenitud, y que se caracteriza por elevar las comisuras de los labios.
Por otro lado, algunas personas creen que la risa es la máxima expresión de la sonrisa. Según el psicólogo y risoterapeuta Enric Castellví (2007), la risa es una manifestación de alegría y bienestar que nos ayuda a desinhibirnos y a vencer miedos y convencionalismos sociales. Añade también que la risa es una sonrisa a todo volumen, por lo que no existiría ninguna diferencia básica entre ambas sino niveles que las categorizan.
La Sociedad Española de Neurología (Pérez, 2015), después de revisar varios estudios, señaló algunos beneficios de la risa entre los que se encuentran fomentar el bien psicológico de las personas y la estimulación de nuestro sistema inmune. Además, algunos estudios han afirmado que las personas risueñas viven 4 años y medio más de media. De hecho, cuando somos bebés nos dedicamos a gozar del mundo sin preocupaciones, y a disfrutar y conectar con el “aquí y ahora”, siendo capaces de reír más de 300 veces al día (Castellví, 2007). Pero a medida que crecemos, las normas, creencias y preocupaciones acaban reduciendo nuestra capacidad de reír, para hacernos personas más serias y menos espontáneas; llegando a reír entre 15 y 40 veces, de media, al día.
Tipos de risa
Existen diversas maneras de categorizar la risa. En esta ocasión, vamos a mostrar la tipología de risa establecida por el Doctor Ramón Mora, en su libro “Medicina y terapia de la risa. Manual”.
Mora (2010) señala que según parámetros médicos y terapéuticos, existen 5 tipos de risa:
- Risa espontánea o genuina. Surge de manera natural, sin voluntad y como expresión a las diversas emociones positivas (alegría, triunfo, diversión, humor, etc.).
- Risa ensayada. No es espontánea, sino que nace de la práctica y voluntad. Por ello no está asociada de manera directa al pensamiento ni a las emociones positivas.
- Risa estimulada. Se produce como consecuencia de una acción física. Es un reflejo de algunos estímulos externos como las cosquillas.
- Risa inducida. Este tipo de risa viene provocada por los efectos de algunos fármacos o sustancias psicotrópicas (alcohol, cannabis, LSD…).
- Risa patológica. No se asocia a cambios emocionales. No se tiene el control voluntario de los estímulos que la provocan, como tampoco de su duración, intensidad o expresión. Algunas veces se asocia a lesiones en el sistema nervioso central.
LA RISOTERAPIA: REÍRSE ES LO MÁS SANO
¿Qué es la risoterapia?
Holden (1999) define la risoterapia cómo el uso terapéutico de técnicas e intervenciones aplicadas que consiguen que la persona, o grupo, pueda experimentar un sentimiento controlado de desinhibición a través de la risa que sea beneficioso para su salud.
Por su parte, Castellví (2007) considera que la risoterapia es “una disciplina terapéutica que consigue despertar en pocos minutos nuestra capacidad de sentir, de amar, silenciar nuestras preocupaciones e incrementar nuestra creatividad, utilizando la risa como camino”.
El hecho de no curar directamente enfermedades, hace que no podamos considerar la risoterapia como una terapia. Pero debemos reconocer que sus beneficios influyen en la recuperación de pacientes.
Un poco de historia…
A pesar de parecer una técnica innovadora, la realidad es que hace más de 4.000 años, en el Imperio Chino y en la India, existían templos dónde las personas se reunían para reír. De hecho, se dice que el conocido médico griego Galeno, ya empleaba la risa como terapia para curar a sus pacientes.
En algunas culturas ancestrales existía la figura del “doctor payaso”, que era un hechicero vestido y maquillado que utilizaba la risa para curar a los guerreros.
En los hospitales se empezó a utilizar esta técnica a raíz del estudio del doctor Lee Berk, que descubrió mediante análisis de sangre que las hormonas de tensión se reducían cuando los pacientes habían visto vídeos cómicos. En la línea iría Normand Cousis que, en 1979, publicó un libro llamado “Anatomía de una enfermedad” y señaló la ausencia de dolor después de ver este tipo de películas.
Actualmente, esta técnica se utiliza mucho en hospitales, y existen asociaciones que ofrecen sus servicios. Patch Adams, considerado el Doctor Payaso, es un experto mundial del tema: en 1972 fundó el Instituto Gesundheit!, con la finalidad de organizar viajes a diferentes países del mundo para llevar el humor a personas que lo necesitan. En Cataluña existe, por ejemplo, la asociación Pallapupas, que con su lema “Reír para curar” hace más de 20 años que mejoran el estado emocional de las personas enfermas.
El taller de risoterapia
Pero la risoterapia no es exclusiva para el mundo hospitalario, sino que todo el mundo puede beneficiarse de ella, y es especialmente indicada para nuestra infancia. Más adelante veremos algunos de los beneficios que puede aportar a la infancia, pero antes vamos a ver de qué tratan estos talleres siguiendo algunas cuestiones por parte del psicólogo Castellví (2007).
Aunque quizás no lo parezca, un taller de risoterapia es una cuestión seria que necesita una formación, preparación y dedicación previa, y la persona que lo imparte debe estar preparada para ello.
El taller debe estar dinamizado siempre por la persona que lo lleva a cabo, y ésta debe ser capaz de afrontar las situaciones que se le puedan presentar, además de tener en cuenta el tipo de grupo y las necesidades de todas las personas que participan.
Los talleres de risoterapia se realizan en grupo, ya que la risa es contagiosa y ayuda a estrechar lazos. Tienen una duración de entre una y tres horas, se necesitan diversos materiales y la adecuación de un espacio para que este sea seguro y las personas que participan puedan desinhibirse con tranquilidad.
Una sesión de risoterapia se estructura en seis etapas:
- Introducción teórica: dónde se presenta el taller y sus objetivos. Además se hablará sobre los beneficios que nos puede aportar llevar a cabo la sesión, y se establecerán unas normas para el buen funcionamiento y desarrollo del grupo y la sesión.
- Calentamiento y desbloqueo: a través de la música, el movimiento y la respiración se intentará relajar y desinhibir al grupo, haciendo que los infantes estén predispuestos a llevar a cabo la sesión.
- Dinámicas y juegos: parte fundamental dónde se llevarán a cabo las actividades para poder lograr los objetivos planteados. Se juega con el ritmo y el tono para dinamizar el taller de manera correcta, y la persona que dirige se puede ayudar de una cantidad infinita de materiales (pelotas, globos, plumas, hilo, papel, rotuladores, etc.).
- Gimnasia de la risa: en esta parte la risa y la carcajada llegan a su auge, y cuando esto pasa quiere decir que se han conseguido los objetivos del taller. Mediante diferentes dinámicas, se puede trabajar la vibración de la risa en el grupo.
- Interiorización y relajación: reírse, además de beneficioso, es agotador, por ello necesitaremos crear un clima de relajamiento para conseguir aterrizar todo lo reído y tratar de interiorizar las sensaciones vividas en nuestro interior.
- Evaluación y cierre: es el momento en que los y las pequeñas puedan expresar qué han sentido y qué les ha gustado o disgustado del taller. Es importante que lo hagan de manera libre, y que la persona que dinamice el taller pueda gestionar las diferentes emociones que se han removido durante el tiempo transcurrido.
Y en casa, ¿qué podemos hacer?
Haber acudido a un taller de risoterapia no es condicionador para poder trabajar ciertas actividades en casa. Tenemos que tener en cuenta que sin una formación previa, no podremos facilitar estos talleres. Pero aún así, como acompañantes a la infancia, podemos llevar a cabo algunas dinámicas y actividades que les ayude a instaurar el humor en su día a día y fortalezcan nuestros lazos.
- Ver películas, series y programas divertidos.
- Leer libros graciosos.
- Contar chistes y anécdotas de nuestra vida o nuestro entorno.
- Reírse con todas las vocales y ver qué diferencias hay en nuestras expresiones.
- Imitar la risa.
- Cosquillas y pedorretas.
- Imitarnos y jugar a juegos de mímica.
- Reírse delante de un espejo y hacer muecas.
- Bailar con la música alta.
- Valorar las pequeñas cosas que nos rodean.
- Ser amables con nuestro alrededor.
- Agradecer todo lo que tenemos.
Educar a la infancia con humor, ser ejemplo de optimismo y crear espacios de armonía es fundamental para el buen desarrollo de los infantes, regulando su equilibrio psicoemocional y beneficiando un crecimiento personal y social de manera saludable.
Beneficios en la infancia
Se dice que la sonrisa es la distancia más corta entre dos personas, y que reírse en compañía facilita la comunicación y la afectividad. A pesar de ser muchos los beneficios que pueden aportar los talleres de risoterapia y, en general, tener un buen humor al crecimiento de nuestros infantes, en esta lista vamos a ver algunos:
- Disminuye el estrés, la ansiedad y la tristeza.
- Aumenta la autoestima.
- Potencia la creatividad.
- Fortalece las relaciones interpersonales, además de facilitar la comunicación, la cooperación y la solidaridad entre infantes.
- Disminuye la timidez y el miedo.
- Favorece la confianza.
- Aviva la inteligencia.
- Ayuda a tranquilizar.
- Relaja la tensión muscular. Además, se descarga energía y permite el descanso tanto físico como intelectual.
- La risa libera endorfinas, y éstas se encargan de reducir el dolor.
- El humor aporta herramientas para enfrentarse a situaciones difíciles.
- La risa permite oxigenar nuestros pulmones y nuestra piel.
- Rejuvenece y fortalece nuestro sistema inmunológico.
Os animamos a buscar talleres de risoterapia cerca de vuestros hogares, y a implementar algunas de las actividades propuestas con vuestros peques en casa.
Ya sabéis qué decía Chaplin… ¡Un día sin reír, es un día perdido!
Autora: Laia Ruiz. Educadora Social.
FUENTES
Castellví, E. (2007). El taller de la risa. Alba Editorial.
Holden, R. (1999). La risa, la mejor medicina. Ediciones Oniro.
Mora, R. (2010). Medicina y terapia de la risa. Manual. Desclée de Brouwer.
Pérez, A. (2015). ¿Por qué nos reímos? Sociedad Española de Neurología.
Ramos, J. M. et al. (2007). La enfermería urológica en el siglo XXI: Humor + Risa = Salud. ENFURO, 24(101).