Las rutinas

Las rutinas mejoran la vida de los niños, constituyen situaciones de aprendizaje que realizan diariamente, de forma estable y predecible. En la etapa de educación infantil es básico respetar los principios del desarrollo cognitivo y socio-afectivo para mantener una organización del tiempo que sea lo más natural posible. No sólo en el ámbito escolar sino también en el familiar o en cualquier ámbito cotidiano, ya que, entre otras ventajas, los hábitos y las rutinas crean confianza y seguridad en uno mismo y potencian la autonomía personal de los niños.
Como estamos viendo a lo largo de los diferentes artículos, la etapa de educación infantil es de vital importancia para la adquisición de habilidades emocionales y afectivas. Para ello deben estar rodeados de un ambiente acogedor, seguro, predecible, donde las relaciones con las personas sean estables y cubran sus necesidades básicas. El hecho de que los niños puedan anticipar aquello que se puede hacer, el cómo y el cuándo ayudará a la creación de un entorno seguro y estable. De igual forma, fomentará sentimientos de seguridad creando una imagen positiva de si mismos y se identificarán con el grupo de iguales, aumentando sus posibilidades de desarrollo y aprendizaje.

Paso a paso

Todo esto no consigue de golpe, sino que va secuenciado por etapas. Si nos centramos en niños de tres años van descubriendo que las cosas en ocasiones pueden ocupar el lugar de otras, empiezan a interiorizar su pensamiento y sus representaciones internas, las representan mediante el juego simbólico, la imitación, la imagen mental y el lenguaje. Esta etapa destaca por ser egocentrista, aún no pueden imaginan el punto de vista del otro o ponerse en el lugar del otro. El espacio y el tiempo se centran exclusivamente en ellos. En estas rutinas van aprendiendo, poco a poco, a concebir el mundo de manera simbólica, utilizando representaciones, imaginando que hacen algo sin hacerlo en el tiempo y en el espacio y así empezar a tener en cuenta los puntos de vista de los demás.
Posteriormente, destaca la etapa del desarrollo lingüístico y social de los niños que se encuentra respaldada y mejorada por quienes le rodean. Para autores como Vygotsky, esta influencia fomenta el desarrollo y el aprendizaje. Se despierta cuando el niño está influenciado por personas del entorno y colaboración con sus iguales, de esta manera va llegando el desarrollo. Además, en esta etapa, se establece la zona de desarrollo próximo que se refiere al espacio entre las habilidades que el niño ya posee y lo que puede llegar a aprender a través de su educador o apoyo que le proporcionan el adulto o sus compañeros. Son de vital importancia las relaciones que se establecen en el nivel de desarrollo porque un niño no se desarrolla como tal si no tiene una interacción en el ambiente social y se relaciona socialmente. La escuela actúa como un elemento facilitador para la adquisición de determinados elementos, entre ellos los hábitos y las rutinas.

¿Qué son los hábitos?

Son costumbres, actitudes, formas de comportarse que conllevan pautas de conducta y aprendizajes. El hábito bien adquirido y usado nos permite hacer frente a aquello que surge, a los acontecimientos cotidianos. Podríamos decir que es una conducta aprendida previamente y que en el momento oportuno se lleva a cabo de manera cotidiana y sin control externo. Los primeros seis años de vida son sumamente importantes para que se adquieran hábitos de autonomía como el comer, dormir, hacerse cargo de su cuerpo, pertenencias, etc., todo ello será la base de su libertad en un futuro.

¿Qué son las rutinas?

Son costumbres adquiridas, formas de actuar que se repiten diariamente en la misma secuencia aproximadamente en las mimas horas. Contribuyen positivamente a la creación de normas sociales, aspectos creativos, de autoestima, afectivos, etc. Incluyen fases, entre las que destacan:

  • Encuentro con saludo
  • Asamblea
  • Actividades de diferente tipo
  • Aseo
  • Recreo
  • Comida
  • Despedida

En estas rutinas se trabajan, por ejemplo, conceptos espaciales y de orden cuando se establece una fila para entrar que es trasladable a multitud de situaciones cotidianas. También, el saludo y la asamblea que ayudan a fomentar las habilidades sociales o el desarrollo de su autoestima cuando se destaca cualquier aspecto positivo de los niños puesto que se sienten valorados, etc.
Las rutinas hacen posible que los niños establezcan las primeras nociones temporales dotándoles de confianza y seguridad. Mediante ellas se favorece la autonomía, puesto que, cada niño lleva su ritmo según edad y características personales. Los tiempos y el espacio deben organizarse de manera que den seguridad y estabilidad. La estabilidad permite que los niños puedan predecir lo que va a ocurrir apoyándose en situaciones estables y construir puntos de referencia. Es así, como con el tiempo el niño está unido a su actividad y el horario es su punto de partida, comienza su gran aventura de cada día, seguro y confiados por esas “marcas” que guían el proceso, eso sí, siempre ayudados por el docente, siguiendo unas pautas que marcan las rutinas.
Los hábitos, las rutinas y el juego de reglas en las escuelas infantiles son un espacio de enseñanza y aprendizaje en el que los niños se implican de manera flexible y creativa ante situaciones desconocidas. El juego guarda un carácter en sí mismo. Es el mecanismo inventado por la naturaleza por el que se adquieren habilidades y capacidades de un modo eficiente para hacerles más aptos en el mundo, puesto que, facilita la transferencia de hábitos y saberes a nuevas situaciones sociales.
Por tanto, la etapa de educación infantil tiene como finalidad el desarrollo del niño tanto en lo físico, afectivo, sensorial y social. Es el momento idóneo para que vayan aprendiendo unas pautas de conducta frecuentes de su medio ambiente. Los hábitos y rutinas contribuyen a que se cree un ambiente seguro. Por ello, es el periodo clave y más potencial para aprender. Todas las herramientas que consigan adquirir se convertirán en un valioso recurso de identidad y autonomía. Se sentirán seguros y alcanzarán equilibrio personal en un futuro próximo.

“La educación enseña a la persona a ser lo que es capaz de ser”
(Hesíodo)
Autora: Belén Aglio, Psicóloga.

Fuente:

  • Bisquerra, R. (coord); Punset, E; Mora, F. (2012) ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y adolescencia. Esplugues de Llobregat (Barcelona) Hospital San Joan de Déu.
  • Morón, MºC. (2010). La organización espacio-temporal en el 2ºciclo de educación infantil: los rincones y las rutinas: Temas para la educación. (11), 1-7.
  • Rosanas, C. (2003). Estrategias para crear un ambiente tranquilo en clase: actividades y técnicas en la educación infantil. Barcelona: Ceac.