Fomentar el amor por la lectura y promover el acceso a libros y materiales de lectura que sean atractivos y estimulantes para nuestros niños y niñas es una de nuestras tareas como acompañantes en la infancia. En el artículo de hoy vamos a hablar sobre la importancia de la lectura y sobre cómo podemos fomentarla desde bien peques.
¿Por qué es importante leer?
Como sabemos, en la primera infancia se construyen las bases de muchos de los comportamientos, capacidades, habilidades y actitudes que nos acompañarán en nuestra adultez. La lectura es una actividad que contribuye al desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños y las niñas y que, además, les permite una adquisición de habilidades y conocimientos que les serán útiles en toda su vida. Veamos algunas de las cosas qué les aporta la lectura:
- Desarrollo del lenguaje. Leer en voz alta a nuestros peques es una manera ideal de introducirles nuevas palabras y ayudarles a potenciar un nuevo vocabulario, a mejorar su comprensión y expresión, etc.
- Desarrollo cognitivo. Con la lectura potenciamos la imaginación y la creatividad, puesto que pueden imaginarse a los personajes, distintos finales, etc. Además, también les ayuda a desarrollar habilidades como la memoria (reteniendo personajes y detalles importantes para seguir la trama) y la resolución de problemas (desarrollando el pensamiento crítico, la empatía, etc.).
- Desarrollo emocional. Al leer, muchos y muchas peques conectan con los personajes de los libros, pueden sentirse reflejados, comprender sus emociones, y les permite entender las emociones y necesidades tanto ajenas como propias.
- Mejora las habilidades sociales. Al ser historias diversas (introduciendo diferentes etnias, culturas, personalidades, capacidades, etc.), los niños y las niñas conocen diferentes personajes y situaciones y les hace tener otra perspectiva más allá de la realidad que conocen; esto les puede ayudar a comprender las diferencias con las demás personas y a respetar situaciones diferentes a las que ven con frecuencia.
- Fomenta la capacidad de concentración. Al leer en voz alta, los y las peques tienen que centrarse y prestar atención para seguir el hilo de la historia. Por esto es muy importante no sobre estimularlos en este momento y hacer cada cosa a su tiempo. Como personas adultas, también debemos enfocar nuestra concentración en esta actividad, puesto que si vamos haciendo otra actividad simultánea, como mirar el móvil, el niño o la niña acabará desistiendo con frustración.
- Promueve la alfabetización temprana. Cuando leemos con nuestros niños y niñas, les ayudamos a prestar atención a las palabras y a los sonidos de estas, por lo que les facilita, en muchas ocasiones, su capacidad para leer y escribir, ya que empiezan a mostrar curiosidad por querer leer de manera autónoma o poder copiar fragmento de sus historias favoritas.
¡No quiero leer!
Debemos reconocer que, a pesar de saber sobre la importancia de la lectura y de ser personas que leen todo el día (quizás de manera pasiva o no), la mayoría de personas adultas no presentan una buena relación con la lectura. Los niños y niñas son esponjas que imitan la mayoría de nuestros comportamientos, así que es muy probable que en un hogar dónde no se fomente la lectura, los y las peques no le den importancia y se nieguen a leer.
Se ha estudiado mucho el fenómeno por el cual muchos y muchas peques se niegan ante la lectura. El psicopedagogo Francesco Tonucci (2011) nos propone dos razones: la primera, es que el niño o la niña debe demostrar que sabe leer. Es decir, lee por presión, porque está en un currículum, porque debe demostrarlo ante la persona que le acompaña en su educación; y no lo hace por parecerle interesante o bonito, por lo que pasa a leer para otra persona y no para sí mismo. La segunda razón es que las lecturas en la escuela, de manera tradicional, son todas iguales para todos los y las peques. Es decir, se supone que serán fáciles e interesantes para todo el conjunto de peques, sin importar las expectativas o gustos individuales; pero es que, además, servirán para otra cosa: hacer una ficha, un resumen, realizar dibujos, analizar frases, etc. No son lecturas por placer, sino por obligación. Y la obligatoriedad, muchas veces, destruye el interés, la espontaneidad y la creatividad.
A estos dos motivos, podemos añadir el de Ferrada (2006): el acceso a Internet. El tan alcanzable acceso a Internet ha hecho que cambiemos muchos de nuestros hábitos y que ya no solo la infancia tenga la televisión como uno de sus entretenimientos favoritos, sino que hay un mundo por explorar, que se les hace muy atractivo, accesible y pasivo en las palmas de sus manos con una tableta o un dispositivo móvil.
Por otro lado, y coincidiendo con muchos y muchas profesionales de la educación y retomando lo que mencionábamos anteriormente, el entorno del o la peque influye muchísimo en su acceso y comportamiento hacia la lectura. Preguntémonos: ¿Nos ve leer?, ¿Tenemos el hábito de hacerlo?, ¿Hay libros y diccionarios a su alcance?, ¿A qué se destina nuestro tiempo libre en familia?. No podemos exigir a nuestros hijos e hijas aquello que nosotras, como personas adultas, no somos capaces de hacer. Si nuestra relación con la lectura no es buena, seguramente la suya tampoco lo sea.
El viaje a mundos fantásticos…
Conociendo algunos de los motivos por los cuales la lectura es importante y por los cuales nuestros niños y niñas se niegan a leer, vamos a proponer diferentes opciones para que la lectura sea una actividad que apasione a nuestros y nuestras peques:
- Biblioteca en casa. ¡Vamos a crear, de manera conjunta, una biblioteca en casa!. Para ello, tendremos que tener en cuenta el espacio del cual disponemos (¿quizás parte del salón, en la habitación, en el despacho de mamá o papá, en el balcón?), un asiento cómodo (una butaca, un sofá, una colchoneta…), una librería o estantería a su alcance (promovamos su autonomía), un punto de luz (la ventana, una lámpara…), algo de decoración (un cuadro que haya pintado él o ella, una lámina con frase motivadora, una guirnalda, etc.) y libros. Para la elección de los libros es muy importante tener en cuenta el proceso madurativo del peque o la peque y sus intereses.
- Tiempo para mirar, observar y decidir. Elegir un libro no siempre es sencillo. Muchas veces nos guiamos por su cubierta, por la persona que lo escribe o por su sinopsis. Es importante dejar que nuestros peques puedan mirar con tranquilidad y decidir, de manera libre, aquellos libros que quieran leer. Podemos acompañarlos en sus decisiones, pero nunca decidir por ellos o ellas.
- El carnet de la biblioteca. Seguro que allá dónde vivimos hay una biblioteca pública. Vayamos a conocerla, a mirar (y participar) en sus actividades, a perdernos por sus pasillos y a obtener el carnet de socio o socia.
- Jugar con las palabras. Hay infinidad de juegos asociados a las palabras: desde buscar ciertas palabras por la calle, enlazar palabras, crear historias a través de una palabra en concreto, etc. Demos rienda suelta a nuestra imaginación y pasemos un buen rato jugando con ellas.
- Leer en voz alta. Esto puede motivarlos y hacer que se apasionen por la lectura. Podemos crear diferentes voces de los personajes del cuento, recrear escenas, leer de manera conjunta o escuchar audiolibros.
- Asociar la lectura con actividades atractivas. Leer por placer debería ser lo más importante, pero a la hora de crear el hábito podemos ayudarnos de actividades: ver la obra de teatro sobre el libro, hacer alguna manualidad, cocinar alguna receta que salga en el libro o que sea de la cultura de este, visitar algún lugar que salga, etc.
Ante todo, nunca debemos forzar la lectura. Si hacemos de la lectura algo obligatorio, nuestros niños y niñas se posicionarán en contra. En las actividades anteriores hemos ofrecido incentivos para fomentarla y enseñarles a apreciarla. Observemos su reacción ante ellas y adaptémonos a sus necesidades. Respetemos sus tiempos y espacios, creando poquito a poco este hábito.
Leer nos hace viajar a lugares infinitos y maravillosos, nos ofrece alas para volar por el mundo y nos da la oportunidad de conocernos y conocer a otras personas, culturas y realidades.
¡Feliz lectura!
Autora: Laia Ruiz. Educadora Social.
FUENTES
Escalante, D. T. y Caldera. R.V. (2008). Literatura para niños: una forma natural de aprender a leer. Educere. vol.12. núm.43. pp.669-678.
Ferrada, M. y Jaña, C. (2007). Animación a la lectura weblog: experiencias y reflexiones centradas en el libro y la lectura. Serie Bibliotecología y Gestión de Información. Nº27. UTEM.
Tonucci, F. (2011). ¿Por qué a las niñas y a los niños no les gusta leer?. Educar(nos). Nº.53. pp.10-11.