La sociedad cada vez es más digital, y nuestra relación con la nube y las redes sociales se vuelve más estrecha puesto que hay un mayor uso de estos recursos digitales. Como personas adultas decidimos qué tipo de relación y cómo interactuamos con ellos, pero… ¿nuestros peques tienen la misma oportunidad? En el artículo de hoy vamos a descubrir que es el sharenting y qué hay detrás de colgar la imagen de un o una menor en las redes sociales.
NUEVAS REALIDADES
Sharen-¿qué?
La palabra sharenting es un anglicismo que se compone de las palabras share (compartir) y parenting (crianza o paternidad). Por lo tanto, nos referimos a sharenting cuando hablamos de la práctica de compartir -o documentar- todo aquello que hacen nuestros infantes en las redes sociales. Haciendo su infancia totalmente pública y alcanzable a todas aquellas personas que tengan acceso.
Ainoa García (2021) en su artículo “La protección digital del menor: el fenómeno del sharenting a examen”, señala que debemos diferenciar el sharenting del fenómeno de los infantes influencers, puesto que estos últimos reciben una compensación (económica o no) y niños, niñas y adolescentes cuelgan contenido de manera consciente, voluntaria y retribuida. La gran diferencia con el sharenting es que en esta última opción, serían las familias quienes podrían percibir esta compensación y que, incluso, podría llegar a ser la principal fuente de ingresos de la familia.
Por lo tanto, antes mostrábamos con orgullo las fotografías en la cartera de nuestros y nuestras peques, y esa imagen no se difundía. Pero ahora es frecuente que colguemos las imágenes en nuestra red social, con mayor frecuencia por la facilidad de obtener fotografías al instante y poder subirlas de manera casi automática.
Si bien es cierto, las redes sociales son recursos que nos ayudan a mantener contacto con personas que tenemos lejos, especialmente en familias que viven migraciones. Además, nos facilitan información sobre la vida de aquellas personas, anónimas o no, con las que queremos estar en contacto y comparten datos y fotografías de su cotidianidad en redes. Aún así, hay que tener en cuenta, que existe una sobreexposición de nuestra vida en estos medios sociales y esto se agrava cuando la sobreexposición gira alrededor de personas que son menores de edad.
Algunos datos…
El sharenting es más frecuente desde la última década, puesto que nuestro uso de las redes sociales es mayor. De hecho, desde 2016 es un término que se ha incluido en algunos diccionarios.
Además, el sharenting se incrementó aún más durante la pandemia del Covid-19, especialmente en los meses de confinamiento (Azurmendi, Etayo y Torrell, 2021).
Por otro lado, en los meses de verano y fechas señaladas como Navidad, la sobreexposición infantil aumenta, ya que son momentos en que queremos compartir con el mundo nuestra alegría y dónde nuestros infantes adquieren el máximo protagonismo.
El estudio “Not at the dinner table: parents and children’s perspectives on family technology rules”, elaborado por las Universidades de San Francisco y Michigan, nos aportan algunos datos que hay que tener en cuenta:
- El 56% de padres y madres, comparten información vergonzosa sobre sus hijos e hijas.
- El 51% proporciona datos que facilitan su localización.
- El 27% cuelga fotos inapropiadas.
Desde PantallasAmigas (2020), una plataforma que nace en 2004 con el propósito de la promoción del uso seguro y saludable de Internet y de las TIC, además de fomentar una ciudadanía digital responsable con la infancia y la adolescencia, añaden otros datos:
- Un 81% de bebés son expuestos en las redes sociales antes del medio año de vida.
- Un 23% de bebés se exponen incluso antes de nacer, con las ecografías compartidas. A este fenómeno se le llama “nacimiento digital”.
- Un estudio del Reino Unido señala que, de media, padres y madres habrían subido 13.000 fotos o vídeos antes de los 13 años de su hijo o hija.
- La empresa de seguridad informática AVG, señala que 8 de cada 10 bebés tiene su imagen en Internet.
¿Qué peligros hay?
Parece inofensivo el hecho de compartir las fotos de nuestros y nuestras peques en las redes sociales. De hecho, pensamos que no puede haber nada de malo si lo hacemos. Pero lo cierto es que en el momento en que colgamos una foto en la red o la enviamos por aplicaciones perdemos el control de su difusión.
Además, estamos facilitando información a personas extrañas de otras personas que, además de ser menores de edad, aún no han podido decidir si quieren tener presencia en el mundo virtual, si quieren crear su propia huella digital. Si la infancia y la adolescencia son épocas en que la persona es muy vulnerable, al compartir datos, gustos, información privada e imágenes de los y las menores, esa vulnerabilidad se incrementa.
PantallasAmigas, nos expone 5 grandes riesgos que se pueden producir a la hora de realizar el sharenting:
- Falta de privacidad. Cuándo compartimos imágenes creamos una huella digital y ofrecemos información que pertenece al espacio privado del infante. Normalmente compartimos más información de la que creemos, o de la que compartimos de manera intencionada e, incluso en ocasiones, podemos comprometer la seguridad integral del o la menor.
- Fraude. Otras personas pueden utilizar las imágenes y datos para convertir a los infantes en víctimas de fraudes, robándoles su identidad.
- Ciberbullying. Las imágenes e información del o la menor que subimos en redes sociales pueden repercutir en la reputación de nuestro infante, perjudicándole en el colegio o en su comunidad social.
- Grooming. Nos referimos a grooming cuando hablamos de acoso y abuso sexual online. Este delito involucra a una persona adulta, que se pone en contacto con el infante o adolescente, para ganarse poco a poco su confianza e involucrarle en una actividad sexual. La persona adulta suele generar un ambiente de secretismo e intimidad, y de manera paulatina va aislando al infante de su entorno. Normalmente, la persona que comete el delito suele hacerse pasar por menor y adopta un lenguaje acorde a la edad de la víctima. Según un estudio de Save the Children (2019), 1 de cada 5 jóvenes encuestados ha sufrido este tipo de violencia cuando era infante o adolescente, y el 15% lo ha sufrido más de una vez.
- Pedofilia. Es frecuente que las personas pedófilas accedan a las imágenes de nuestros infantes a través de las redes sociales, especialmente de perfiles públicos o que admiten a personas desconocidas. Este material lo suelen almacenar para uso privado y para compartirlo en otras webs para una posterior connotación sexual.
Algunos otros riesgos pueden ser:
- Montajes y “memes”. Las imágenes compartidas pueden convertirse en bromas viralizadas, como los “memes”, y circular sin control durante un prolongado tiempo.
- Publicidad. Aceptando las condiciones de privacidad y de uso de algunas webs y aplicaciones, damos el permiso para que la imagen de nuestros infantes pueda usarse con fines publicitarios.
- Reputación digital. Las imágenes que se cuelgan de menores, pueden repercutir en sus vidas una vez sean personas adultas.
HABLEMOS DE SEGURIDAD DIGITAL
Tanto a nivel mundial como a nivel Estatal, existen algunas leyes que protegen a los infantes del sharenting. De hecho, en algunos países europeos se ha condenado a padres y madres a eliminar fotos publicadas e incluso a pagar multas por ello.
El sharenting atenta contra los derechos de la personalidad del menor (honor, intimidad personal, familiar y a la propia imagen). En España la decisión de colgar fotos recae sobre la persona que tiene la patria potestad del infante (suelen ser ambos progenitores o tutores/as legales), si la patria potestad está otorgada a dos personas, deben ponerse de acuerdo para decidir sobre esto, en caso contrario será un juez o jueza quien dictamine sentencia. Además, la edad en la que los menores pueden dar su consentimiento para tratar sus imágenes es a los 14 años, dos años menos que la media europea.
Algunas recomendaciones…
Como personas adultas que acompañamos a infantes tenemos que educarnos en el uso consciente y responsable de las redes sociales. De hecho, somos las personas encargadas de cuidar su imagen y su intimidad. Aún así, si publicamos contenido de nuestros y nuestras peques en redes, reflexionemos sobre lo siguiente:
- ¿Es necesario publicar al momento? Mostrar la ubicación instantánea de nuestros infantes genera un riesgo innecesario, ya que muchas personas pueden utilizar esa información para ejercer el control u otras situaciones peligrosas comentadas con anterioridad.
- ¿Me daría permiso? Compartir imágenes de otras personas, sin su consentimiento, no es adecuado. Además, podemos pensar si nuestros infantes nos cederían el permiso de aquella imagen que estamos publicando. Existe un alto porcentaje de infantes que sienten vergüenza al ver las imágenes que publican o han publicado sus progenitores.
- ¿Es necesario facilitar esta información? Cómo hemos dicho antes, compartimos más información de la intencionada. Por ello es aconsejable compartir de manera anónima y no mostrar datos con los que puedan identificar o localizar a nuestros peques (fotos de sus caras, colegios o sitios que frecuentan, amistades, etc.).
- ¿Cómo puedo controlar lo que ya he publicado? Realmente, no podemos tener un control exacto de aquello que hemos compartido previamente, aunque sí podemos crear alarmas para saber si la imagen o el nombre de nuestro peque aparece en la red de manera ajena a nosotros y nosotras.
- ¿Es su deseo? Tenemos que tener en cuenta que nuestros infantes no ganan nada con el sharenting, y que muchas veces son ellos y ellas mismas quienes se niegan a que publiquemos sus imágenes, por ello es muy importante poder escuchar y respetar su decisión.
En Tyra nos preocupa mucho este tema y ponemos todo nuestro esfuerzo para garantizar que nuestra aplicación sea completamente segura tanto para los infantes como para sus familias. Por ello, trabajamos a diario para reforzar la seguridad y conseguir una mayor privacidad de toda la información que se transmite entre el centro y las familias.
Autora: Laia Ruiz. Educadora Social.
FUENTES
Azurmendi, A., Etayo, C., & Torrell, A. (2021). Sharenting y derechos digitales de los niños y adolescentes. Profesional De La Información, 30(4). https://doi.org/10.3145/epi.2021.jul.07
Diez razones para el sharenting responsable, campaña para concienciar sobre el uso de imágenes de menores (2021). PantallasAmigas. https://www.pantallasamigas.net/sharenting/
García, A. (2021). La protección digital del menor: el fenómeno del sharenting a examen. Revista de Derecho UNED, 27, 455–492.
Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de diciembre, de protección de datos de carácter personal.
Save the Children. (2019). Violencia Viral. Análisis de la violencia contra la infancia y la adolescencia en el entorno digital.
https://www.savethechildren.es/sites/default/files/imce/docs/informe_violencia_viral_1.pdf
University of Washintong. (2016). Not at the Dinner Table: Parents- and Children-s Perspectives on Family Technology Rules.